ONGIE es el grupo de interés especial de Mensa España dedicado a trabajar en apoyo y obtención de recursos para proyectos solidarios. El primer proyecto seleccionado es la escuela de Alotenango (Guatemala) dirigida por la Asociación Bendición de Dios y parcialmente patrocinada por la Fundación Los Niños de origen holandés, si bien el GIE estará abierto a la consideración de otros proyectos en el futuro.

Antigua

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Guatemala

martes, 10 de agosto de 2010

Mi experiencia en la escuela, 2º capítulo



Empezaré por Guadalupe, que es otra de las personitas que me han impactado especialmente en esta visita a la escuela de Alotenango. Guadalupe es pequeñita para su edad, que ronda los 8 años. Es la niña de la derecha, con una blusa azul bordada al estilo tradicional guatemalteco. Su cuerpo parece una colección de huesitos y la cara se le llena de ojos cuando te mira con su tremenda timidez e inseguridad. Como prácticamente todas las niñas indígenas, lleva el pelo largo y el tercio final va quedándose descolorido por la desnutrición crónica. A pesar de todo, es una niña especialmente inteligente, que se entera enseguida de cualquier explicación y hace sus deberes muy aplicada. Su familia, como la de la casi totalidad de los niños de la escuela, es muy pobre y muy desestructurada: sus padres son excesivamente jóvenes (en un curso superior hay otro niño que es su tío, hermano de su padre) y tienen un relación muy tormentosa, por lo que ella pasa casi más tiempo en casa de su abuela paterna y con un tío que sería más adecuadamente su hermano, y ella lo prefiere y le cambia la cara y la actitud cuando se entera de que va para casa de la abuela. En esos días se consigue que sonría de vez en cuando y que hable un poquitín más alto, aunque aún de forma casi inaudible, como un susurro que sólo escucha el cuello de su blusa. Hay que ser muy cuidadoso si en algún momento es necesario llamarle la atención -a causa de que se paraliza y no consigue acabar la tarea o habla demasiado con su amiga Marta, que es casi la única con la que se relaciona- porque enseguida se le llenan los ojos de lágrimas y no hay forma de conseguir que levante la cara del cuaderno hasta que termina la clase.

Su amiga Marta, a la izquierda con blusa blanca y mochila verde, es “el bicho que picó al tren”. Traviesa y con muchas dificultades para concentrar la atención, necesita un seguimiento personalizado para conseguir que haga cualquier tarea que no consista en un dibujo libre, para el que previamente hace una aparatosa recopilación de pinturas de colores. Con Guadalupe forma una pareja que se relaciona poco con los compañeros de clase, aunque iba a escribir “compañeras”, porque están en la edad y en una cultura en la que niños y niñas empiezan a hacer bloques que apenas se mezclan fuera del aula y tienen dificultades para relacionarse con naturalidad dentro de ella. Por eso, una de las “asignaturas” fundamentales en todos los niveles de la escuela son las actividades de equipo como parte del enorme esfuerzo para que los niños superen la timidez y la inseguridad empezando por relacionarse y apreciar los valores de los otros en su entorno inmediato y más próximo después de la familia, con los otros niños de su edad. En ese sentido me pareció muy descriptivo el comentario escrito por un voluntario español que estuvo en la escuela un par de años antes que yo, que decía algo así como que los niños iban contentos a la escuela fundamentalmente porque era el único lugar en el que podían ser niños, siquiera por unas horas al día.

Continuará.
Saludos.
Rosa

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